Artículo de opinión: Masculinidad Tóxica

Adriana Cerda, Reporter

La cantante fallecida, Aretha Franklin, fue honrada el 31 de agosto en su ciudad natal de Detroit. Sin embargo, su funeral fue tema de controversia cuando los asistentes del funeral fueron testigos de acoso sexual.

La cantante, Ariana Grande rindió homenaje a Franklin con su interpretación de la canción “(You Make Me Feel Like) A Natural Woman”. Grande recibió críticas por su vestido corto. Muchos dijeron que su vestido fue inapropiado para un evento religioso organizado para una cantante respetada. En vez de enfocarse en su talento y homenaje, se enfocaron en su vestimenta. La situación empeoró poco después.

Al terminar su interpretación, el obispo Charles Ellis guió a Grande al micrófono dónde puso su brazo alrededor de ella y empezó a tocar el lado de su seno. Grande, notablemente incómoda, se quedó callada durante el acoso. Públicamente, el obispo se ha disculpado y dice que no fue intencional. Sin embargo, se ve claramente cuando él la agarra y la manosea. La masculinidad tóxica permite que los hombres se aprovechen de las mujeres, y, por tener profesiones respetables, solamente se disculpan cuando hay reacciones negativas y no esperan tener consecuencias.  

El abuso contra las mujeres no se soluciona sin tomar acción. Los adultos usan la frase “los niños serán niños” para justificar comportamiento tosco de niños jóvenes. Sin ver consecuencias por sus acciones, niños crecen con la mentalidad de que pueden hacer lo que quieran. Aquellos que acosan a las mujeres usan la excusa que “está en su naturaleza” o que “eran jóvenes y no sabían lo que estaban haciendo”. Es hora de que aprendan que las mujeres sean merecedoras del mismo respeto y que las acciones de los hombres tengan consecuencias.  Cuando una mujer usa faldas y vestidos cortos, no es una invitación para que los hombres se aprovechen de ella. Debemos cambiar la idea de que las mujeres son objetos. Castigando a los abusadores, los hombres pensaran dos veces antes de acosar a una mujer. En cuanto cambiemos esta noción, las mujeres se podrán sentir más seguras en sus escuelas, trabajos, y comunidades.